BUENOS DÍAS – MARTES, 11 de MARZO DE 2025
En el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén.
LA SEMILLA DE ORO
Buenos días. ¿Cómo va el “replantar” la maceta de clase? ¿Habéis
empezado ya? ¿Se ve ya algo?
Hoy nuestro mensaje va de semillas.
Había una vez, en un pequeño pueblo, un niño llamado Miguel. Un día, mientras caminaba por el campo, encontró una pequeña semilla dorada. Decidió llevarla a casa y, aunque no sabía qué planta crecería, estaba seguro de que debía ser muy valiosa.
En lugar de sembrarla inmediatamente, Miguel la guardó en una caja. Todos los días, él la miraba, imaginando todo lo que podría obtener si la vendía. Pensaba en juguetes nuevos, ropa bonita y hasta una casa grande para su familia.
Pasó mucho tiempo, y la semilla seguía en la caja. Hasta que un día un anciano del pueblo vio a Miguel con la semilla y le dijo: "Esa semilla no es para guardarla. Debes sembrarla y cuidarla con amor. Solo así descubrirás su verdadero valor."
Miguel, aunque al principio dudó, decidió seguir el consejo del anciano. Sembró la semilla en el suelo, la regó y esperó pacientemente. Con el tiempo, de esa semilla creció un árbol hermoso y fuerte, lleno de frutos dorados. Miguel comprendió entonces que el verdadero valor de la semilla no estaba en guardarla, sino en cuidarla y compartir los frutos con su familia y vecinos.
Desde ese día, Miguel aprendió a valorar lo
que tenía y a usarlo con sabiduría para ayudar a los demás.
BREVE REFLEXIÓN
El cuento de Miguel nos enseña una gran lección: muchas veces tenemos cosas
valiosas, pero si no las usamos bien o si no las compartimos, pierden su
verdadero valor. Lo mismo ocurre con lo que tenemos en nuestra vida, sea poco o
mucho. Dios nos da todo lo que necesitamos, pero también nos pide que lo
cuidemos, lo valoremos y lo compartamos.
Como mañana comenzaremos nuestro “Via Crucis” en los “Buenos días” podremos pensar un poco sobre las semillas que podemos llevar en nuestro interior.
Conocer nuestras “semillas de oro” es muy importante para poder descubrir nuestra verdadera vocación, o nuestras verdaderas vocaciones.
ORACIÓN.
Querido
Dios,
te
damos gracias por todo lo que tenemos, por nuestras familias, nuestros amigos y
todo lo que nos das. Ayúdanos a ser responsables y a valorar cada cosa que nos
regalas. Enséñanos a descubrir nuestras “semillas de oro” y a compartirlas con
los demás. Amén.
Decimos a nuestra Madre Auxiliadora: Dios te salve María…
María, Auxiliadora de los cristianos. Ruega por nosotros.
¡FELIZ MARTES!
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